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Víctimas de Karadima abordaron la muerte del Papa Francisco: “Representa una lucha de dos culturas al interior de la Iglesia”

Valoraron que pidiera perdón por estos hechos, y se reuniera con ellos en el Vaticano.
Un amigo, también un “adversario” y alguien que representó “la lucha entre dos culturas” al interior de la Iglesia. Así es como James Hamilton, Juan Carlos Cruz y José Andrés Murillo, denunciantes de los abusos de Fernando Karadima, dicen recordar y significan el legado del papa Francisco.
Los tres denunciantes dicen haber enfrentado momentos dolorosos en 2018, cuando Francisco visitó Chile y puso en tela de juicio que el obispo Juan Barros fuera un encubridor de los abusos sexuales de Karadima.
Sin embargo, también dicen valorar que el recién fallecido jefe de la Iglesia Católica pidiera perdón por estos hechos, y se reuniera con ellos en el Vaticano.
Por eso, uno de los mayores méritos del papa, a juicio de Hamilton, Cruz, y Murillo, es haber tomado acciones concretas contra los abusos, aunque reconocen que temen que la empresa que inició el papa en esta línea, no perdure tras su muerte.
Hamilton dijo a El Mercurio sentir una “gran pena por la muerte de Francisco, fue un adversario, un amigo, y como San Pedro Damián, finalmente intervino el clericalismo en la Iglesia contra el abuso de menores y adolescentes. Sin duda, una luz al final del túnel. Descansa en paz”.
Por su parte, Juan Carlos Cruz, dijo esta mañana a Radio ADN que su sensación tras la muerte del papa es “un poco como el cuento de lázaro, que te resucita, que te sacó adelante”. En esa línea, recordó el viaje que emprendieron en abril de 2018, donde tuvieron la oportunidad de hablar cada uno con el papa. “Para mi fue muy sanador, para los otros también. Después me emocionó mucho pensar que iba a conocer un papa y le iba a contar esta historia terrorífica, pero jamás pensé que íbamos a ser amigos, que íbamos a hablar por teléfono, pasamos cumpleaños. Fui a pasar la Navidad con él. Fue precioso, él estaba súper ocupado, pero sí fui a la misa con él, abrió el año santo. Al día siguiente me invitó a almorzar. Para mí es un privilegio enorme”, relató.
Consultado por el momento en que Francisco apunta a “calumnias” contra el obispo Barros, Cruz reconoció que “me dolió mucho, no puedo decir que no. Pero la grandeza del papa Francisco es que, como ningún papa, pidió perdón, y sinceramente. No era como estábamos acostumbrados de un ‘perdón, un regalito de un rosario y sigue adelante'”.