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Diputada Marlene Pérez se desmarca de Chilevamos. No a privilegios a ex Presidentes

La diputada Marlene Pérez, representante de la Región del Biobío, marcó diferencias con su sector y endureció su postura frente a los beneficios que reciben los expresidentes de la República, advirtiendo que tanto la dieta vitalicia como las asignaciones constituyen un despropósito en tiempos donde la ciudadanía exige mayor austeridad.

“Los parlamentarios del ofícialismo al aprobar los millonarios beneficios a ex presidentes, pone fin al discurso anti privilegios. La diputada por Biobío fue categórica “Se entiende que hay que dar dignidad al cargo de un expresidente, pero ellos ya quedan con redes y contactos suficientes, un beneficio puede existir, pero no de esta magnitud. “La dieta vitalicia derechamente debería recibirse solo después de jubilarse, como cualquier chileno. Además, he propuesto buscar un mecanismo para que la dieta vitalicia sea renunciable. No corresponde que se perpetúe un privilegio de esta magnitud”, enfatizó Pérez.

La parlamentaria recordó que, de acuerdo con la Constitución (artículos 30 y 62), a los expresidentes les corresponde recibir una renta equivalente a la de un ministro de Estado. Sin embargo, aclaró que las asignaciones adicionales que hoy reciben no están amparadas en ninguna norma legal.

“Las asignaciones no quedaron regladas ni habilitadas en ninguna ley, eso quedó claro en la Comisión de Constitución. Ni la Ley Orgánica del Congreso ni la Ley de Presupuesto habilitan el uso de este dinero fiscal. Pese a ello, hasta la fecha se siguen entregando recursos públicos a los exmandatarios para sus gastos, lo que está fuera de norma”, subrayó.

En esa línea, Pérez fue categórica: “No estoy de acuerdo en que se sigan pagando alrededor de 10 millones de pesos en asignaciones, además de la dieta vitalicia. Eso es un despropósito cuando la gran mayoría de los chilenos trabaja hasta los 65 años o más para obtener pensiones modestas”.

Finalmente, la diputada reiteró que la Presidencia de la República debe entenderse como un servicio público y no como una fuente de beneficios personales. “Ser Presidente debe ser por vocación y amor al país, no para asegurar privilegios de por vida”, cerró.

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