Por Javiera Briones Ortega.
Este 2025 se cumplen cien años del nacimiento de Margaret Thatcher, la primera mujer en ocupar el cargo de Primera Ministra del Reino Unido y una figura que, amada u odiada, cambió para siempre la política británica.
Thatcher, quien gobernó entre 1979 y 1990, dejó una huella profunda por su estilo firme y su apuesta por el neoliberalismo económico. Durante su mandato impulsó las privatizaciones masivas, así como también redujo el poder de los sindicatos dentro de la organización laboral, y apostó por la liberalización de los mercados, transformando la estructura económica del país.
Partidarios de la líder la recuerdan como quien sacó al Reino Unido de la crisis de los años setenta y fortaleció su posición global, especialmente por su alianza con el presidente de EE.UU, Ronald Reagan y el rol protagónico que presentaba durante la Guerra Fría.
En cambio, sus críticos, la acusan de profundizar la desigualdad social y de haber dejado heridas abiertas dentro de las comunidades obreras y mineras del norte inglés.
Apodada la “Dama de Hierro”, Thatcher también se consolidó en el plano internacional tras la victoria británica en la Guerra de las Malvinas en 1982, un episodio que reforzó su imagen de liderazgo y determinación.
Aunque no promovió políticas feministas, su sola presencia rompió moldes en un entorno político dominado por hombres. Desde entonces, el Partido Conservador ha sido liderado por otras mujeres como Theresa May, Liz Truss y actualmente Kemi Badenoch, la primera líder negra de la colectividad.
A cien años de su nacimiento, Margaret Thatcher sigue siendo una figura divisiva pero ineludible: símbolo de poder, austeridad y liderazgo, cuyo legado político y económico aún marca el rumbo del Reino Unido y de la derecha internacional.
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