Las protestas comenzaron después de que el gobierno, liderado por el entonces primer ministro KP Sharma Oli, bloqueara las redes sociales y dimitiera.
Nepal se enfrenta a una grave crisis social tras una serie de protestas que han causado al menos 22 muertos. Ante el creciente malestar, el gobierno impuso un toque de queda para intentar controlar la situación. Las protestas comenzaron después de que el gobierno, liderado por el entonces primer ministro KP Sharma Oli, quien recientemente dimitió, bloqueara las redes sociales.
Ante la ausencia de un jefe de gobierno, las funciones fueron transferidas al presidente, quien se comprometió a colaborar con los líderes de la protesta en busca de una solución pacífica. Entre las víctimas de las protestas se encuentra la esposa del ex primer ministro, quien murió durante el asalto a la residencia oficial del primer ministro. Además de los muertos, cientos de personas resultaron heridas, lo que aumentó la tensión y la indignación pública.
Las protestas están motivadas por acusaciones de corrupción gubernamental y la falta de perspectivas económicas, que han sumido a muchos, especialmente a los jóvenes, en la pobreza y la marginación. El alto desempleo también contribuye significativamente al descontento popular, alimentando el deseo de un cambio estructural.
Con el toque de queda vigente, existe la esperanza de que las negociaciones entre el gobierno y los manifestantes avancen, buscando un cambio significativo que satisfaga las demandas de la población. El presidente se encuentra bajo presión para encontrar una solución que calme las tensiones y restablezca el orden en el país.
Nepal, a pesar de ser un país pequeño con 31 millones de habitantes, podría inspirar movimientos similares en otras partes del mundo, especialmente considerando el papel crucial de las redes sociales en la movilización de los jóvenes.
Share this content: