Sin distinguir entre sistemas políticos, el presidente argumentó que “el 90% de los países desarrollados permiten la reelección indefinida de sus jefes de gobierno”.
El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, respondió hoy domingo, a las críticas internacionales sobre la reciente reforma constitucional que autoriza la reelección presidencial indefinida en el país. Según Bukele, la medida no representa el fin de la democracia y el malestar de los organismos internacionales se debe a que se trata de una decisión tomada por un país “pequeño y pobre”. La reforma fue aprobada de forma acelerada el pasado jueves por la Asamblea Legislativa, controlada por los aliados de Bukele.
El texto extiende el mandato presidencial de cinco a seis años, elimina la segunda vuelta electoral y permite reelecciones sucesivas. En una publicación en la red social X, el presidente argumentó que “el 90% de los países desarrollados permiten la reelección indefinida de su jefe de gobierno, pero a nadie le importa”. Para él, el debate en torno al tipo de sistema político —parlamentario o presidencial— solo sirve como pretexto. “Porque el problema no es el sistema, sino que un país pobre se atreva a actuar como un país soberano”, escribió.
Bukele también bromeó diciendo que incluso si El Salvador adoptara normas similares a las de las monarquías parlamentarias europeas, como el Reino Unido o España, las críticas persistirían. “No se supone que hagas lo que ellos hacen. Se supone que hagas lo que ellos dicen. Y se espera que te quedes en tu lugar”, declaró.
La reforma constitucional se aprobó en medio de una nueva ola de arrestos contra activistas y opositores, que ha obligado al exilio a decenas de periodistas y defensores de derechos humanos. Organizaciones como Amnistía Internacional, Human Rights Watch (HRW) y la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA) han calificado la medida como un “golpe mortal” a la democracia y una “manipulación” de la Constitución para favorecer la permanencia de Bukele en el poder.
Elegido en 2019 y reelegido en 2024 con cerca del 85% de los votos, Bukele mantiene un alto índice de aprobación pública, impulsado principalmente por la drástica reducción de los índices de violencia tras la adopción del estado de excepción en 2022 para combatir el crimen organizado. Sin embargo, organizaciones de derechos humanos denuncian abusos en el programa de seguridad, que incluyen detenciones masivas sin orden judicial y restricciones a las libertades civiles.
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