Como diputada por la Región del Biobío y representante de quienes creen en una democracia sana, quiero expresar mi profunda preocupación por el tono que han adoptado algunas campañas políticas en nuestro país.
Cuando las campañas se basan en descalificaciones, mentiras y ataques personales hacia los adversarios, estamos ante una práctica que pone en riesgo los pilares fundamentales de la democracia. No todo vale en el juego democrático. Estas estrategias, que ya hemos visto con consecuencias nefastas en países como Estados Unidos, son un verdadero cáncer que debemos erradicar de nuestro sistema político.
Es imposible no empatizar con Evelyn Matthei. La contracampaña ha sido implacable y despiadada. Desde un comienzo advertí a Republicanos que no podían seguir promoviendo mensajes en contra de Chile Vamos, como “la derechita cobarde” o “los vendidos”. Si ellos pasaban a segunda vuelta, iban a necesitar el apoyo del resto del sector; y lo mismo ocurre si quien avanza es Evelyn Matthei. La sensatez y la responsabilidad política exigen que actuemos con unidad.
Es legítimo tener diferencias y matices dentro de nuestro sector, pero esas diferencias deben expresarse con respeto y altura de miras. Llegamos a esto porque, desde un inicio, primaron los intereses personales y partidarios. Se necesita generosidad y unión en nuestro sector. Debemos tener claro que lo peor que le puede pasar a Chile sería que quede en manos de la extrema izquierda. Eso sería extremadamente grave y, con este tipo de divisiones, ese es el mayor riesgo que enfrentamos como país.
Hago un llamado claro y sincero a todos los actores de nuestro sector: dejemos atrás las descalificaciones internas, debe primar la sensatez. Centrémonos en nuestras propuestas y construyamos una alternativa unida, sólida y responsable para el Chile que viene.
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