Académica UCSC advierte que el sistema actual de Naciones Unidas impide una respuesta efectiva ante violaciones a tratados internacionales, debilitando la capacidad real de la ONU para resguardar la paz.
En medio del creciente conflicto entre Irán, Israel y Estados Unidos, la académica de Derecho Internacional Público de la Facultad de Derecho de la Universidad Católica de la Santísima Concepción (UCSC), Carla Chovar, analizó los alcances legales de las acciones militares recientes y la capacidad real del Derecho Internacional para frenar la escalada de tensiones.
Uno de los principales marcos normativos para comprender este tipo de conflictos es la Carta de las Naciones Unidas, que consagra principios como la prohibición del uso de la fuerza, la solución pacífica de controversias, la autodeterminación de los pueblos y la legítima defensa. A ello se suma el Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP), suscrito por Irán y Estados Unidos, pero no por Israel, lo que limita el control internacional sobre su arsenal atómico.
Sin embargo, Chovar subraya que el papel del Consejo de Seguridad de la ONU -único organismo autorizado para permitir intervenciones armadas entre Estados- está gravemente debilitado por el poder de veto de sus cinco miembros permanentes (China, EE.UU., Rusia, Francia y Reino Unido). “Esto ha sido evidente frente al conflicto Israel-Gaza, donde Estados Unidos ha bloqueado múltiples resoluciones que buscaban un cese al fuego”, señaló la académica.
Desde el punto de vista legal, tanto el primer ataque israelí a Irán como la respuesta estadounidense no tienen sustento en el Derecho Internacional, pues no se autorizaron por el Consejo de Seguridad ni cumplen los requisitos de legítima defensa. En cambio, la reacción iraní podría entenderse bajo ese concepto, siempre que cumpla principios de proporcionalidad y protección a la población civil, conforme al Derecho Internacional Humanitario.
Respecto a las consecuencias legales por posibles violaciones, Chovar indicó que van desde sanciones diplomáticas y económicas hasta la posibilidad de demandas ante la Corte Internacional de Justicia o incluso acusaciones penales contra líderes responsables por crímenes de guerra. “Recordemos que Benjamín Netanyahu tiene una orden de detención vigente emitida por la Corte Penal Internacional”, precisó.
Finalmente, la académica advirtió que los intereses estratégicos de las potencias influyen directamente en la aplicación real del Derecho Internacional.
“El sistema actual, con el derecho a veto y el comportamiento desigual frente a distintos actores, debilita la legitimidad de las decisiones internacionales y hace casi imposible una reforma estructural que permita a la ONU cumplir efectivamente su mandato de mantener la paz y la seguridad mundial”, concluyó.
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