Tecnología

El buscador de Google es un monopolio ilegal afirma un juez de Estados Unidos

Un nuevo juicio determinará cómo se deberá sancionar a la compañía.

Cero y van dos para Google en cuanto a los litigios antimonopolio. Amit Mehta, juez de distrito de Estados Unidos, dictaminó el lunes que la gigante tecnológica ha mantenido ilegalmente su dominio en las búsquedas en internet mediante acuerdos contrarios a la competencia para impedir que sus rivales ganaran terreno. Y sin temor a la presión de los rivales, Google ha logrado cobrar lo que ha querido por los anuncios en las dichas consultas, afirmó.

“La evidencia del juicio demostró firmemente que el poder de monopolio de Google, mantenido por los acuerdos de distribución exclusiva, ha permitido a la empresa incrementar los precios de los anuncios de texto sin ninguna restricción significativa de la competencia”, señaló Mehta en una sentencia de 286 páginas. “Los aumentos de precios sin restricciones han alimentado el espectacular crecimiento de los ingresos de Google y le han permitido mantener ganancias operativas elevadas y notablemente estables”.

La sentencia contra Google por prácticas monopólicas

Las conclusiones del juez son posiblemente el análisis moderno más exhaustivo del negocio de búsquedas de Google, que en los últimos 26 años se ha convertido en un monstruo de ingresos anuales de 175,000 millones de dólares que representa gran parte de las ganancias de la empresa matriz Alphabet. Google apelará, ya que corre el riesgo de perder su lugar destacado en los iPhones y otras plataformas de acceso a internet.

Kent Walker, presidente de asuntos globales de Google, manifestó en una declaración que la compañía lucharía contra la sentencia porque “reconoce que Google ofrece el mejor motor de búsqueda, pero concluye que no se nos debería permitir que esté fácilmente disponible”.

Merrick Garland, fiscal general de Estados Unidos, calificó la decisión de “victoria histórica”. En tanto, Jonathan Kanter, fiscal general adjunto, destacó que “prepara el camino a la innovación para las generaciones venideras”.

La sentencia es consecuencia de un juicio que duró semanas en la sala de Mehta el año pasado en Washington, DC, en el que el Departamento de Justicia de EE UU (DOJ, por su siglas en inglés) alegó que Google se había convertido en el motor de búsqueda más utilizado del mundo pagando a socios como Apple y Samsung para que lo promocionaran en sus dispositivos y software. Google había atribuido su éxito a la prestación del mejor servicio y sostuvo que se enfrentaba a una competencia significativa de empresas como Microsoft y otras.

Mehta apoyó a Google en algunas cuestiones, pero rechazó su argumento general de que la compañía no mantenía ningún tipo de monopolio ilegal. El año pasado, un jurado de un tribunal federal de San Francisco había dictaminado que la tienda de aplicaciones Google Play era un monopolio ilegal.

Aún no se ha determinado cómo tendrá que ajustar Google su negocio en vista de las sentencias de San Francisco y Washington. Mehta celebrará un juicio por separado para fijar las medidas correctivas en el caso del buscador, y un juez está estudiando las sanciones propuestas en el litigio de la tienda Play. Pero algunos cambios que Google ha hecho en respuesta al escrutinio antimonopolio en los últimos años han sido costosos.

Primer juicio antimonopolio

El caso planteado ante Mehta se remonta al aumento de la supervisión de la industria tecnológica bajo el mandato del entonces presidente Donald Trump. El DOJ demandó a Google en 2020, antes de que Trump dejara el cargo, y la acción legal se convirtió en la primera de varias contra las Big Tech en llegar a juicio.

Mehta dictaminó que Google, con cerca del 90% de participación de mercado, ejerce una posición de monopolio tanto en las búsquedas generales de internet como en los anuncios de texto dentro de estas. Consideró que los acuerdos de Google con sus socios perjudican a la competencia y que la empresa no había demostrado lo contrario.

Alrededor del 50% de las búsquedas en Estados Unidos se realizan mediante productos cubiertos por contratos que Mehta consideró ilegales, de los que Apple representa aproximadamente el 28%, los fabricantes de dispositivos Android y los operadores de redes inalámbricas cerca del 19%, y las empresas de navegadores como Mozilla alrededor del 2%, según la sentencia de Mehta. Si añadimos el navegador Chrome de Google, aproximadamente el 70% de las consultas se realizan a través de portales en los que este es el motor de búsqueda por defecto. En 2017, Google atribuyó aproximadamente el 54% de sus ingresos totales por búsquedas a las ubicaciones predeterminadas.

A cambio de su condición de predeterminado, Google comparte los ingresos con sus socios. Apple recibe la cantidad más alta (unos 20,000 millones de dólares en 2022), en virtud de un acuerdo que se extiende hasta 2026. Los competidores no han podido igualar esos pagos, y los posibles contendientes no tienen motivos para enfrentarse a Google. “La perspectiva de perder miles de millones en ingresos garantizados de Google, que actualmente suponen un costo mínimo o nulo para Apple, desincentiva a esta última a lanzar su propio motor de búsqueda cuando, por lo demás, ha desarrollado la capacidad para hacerlo”, escribió Mehta.

Mientras tanto, Google ha logrado aumentar sistemáticamente sus ingresos ajustando el sistema de subastas a través del cual vende los anuncios de las búsquedas. La compañía ha realizado esos cambios sin preocuparse de lo que hacen rivales como Microsoft, y algunos de los ajustes han supuesto incluso menos transparencia y ganancias para los anunciantes, según las conclusiones de Mehta.

“La única limitación aparente a las decisiones de Google sobre precios son las posibles protestas de los anunciantes y la mala publicidad”, destacó Mehta. Pero la gigante tecnológica ha actuado deliberadamente para que esos cambios sean “apenas perceptibles y rara vez anunciados”, y la empresa “no ha sufrido consecuencias porque no opera en un mercado competitivo de anuncios de texto”.

La sentencia se inspiró en el fallo de un tribunal de distrito en el caso del Gobierno contra Microsoft a finales de los noventa, que determinó que los esfuerzos de la compañía por impulsar su navegador Internet Explorer y obstaculizar a sus competidores eran ilegales. Un acuerdo posterior contribuyó a la proliferación de nuevos buscadores como Chrome de Google.

En su decisión del lunes, Mehta se negó a dictaminar que Google tuviera un poder monopólico en el mercado de los anuncios en búsquedas más generales. Consideró que Google no ostentaba un poder de fijación de precios en la publicidad de productos, que incluye imágenes y compite de forma más directa con los anuncios de Amazon y las redes sociales.

En una derrota para los fiscales generales de los 38 estados que se habían unido al caso, Mehta sentenció que Google no había denegado ilegalmente a Microsoft el acceso a un servicio clave que los anunciantes emplean para comprar anuncios para las búsquedas. Phil Weiser, fiscal general de Colorado, quien dirigió esa parte del caso, no respondió inmediatamente a nuestra solicitud de comentarios sobre si apelaría.

Mehta también rechazó la petición del gobierno de sancionar a Google por no guardar las comunicaciones internas relacionadas con los proyectos de búsqueda. El juez indicó que ninguna prueba adicional habría cambiado su fallo. “La decisión del tribunal de no sancionar a Google no debe entenderse como una condonación del hecho de que no conservara la evidencia del chat”, escribió Mehta. “Google evitó las sanciones en este caso. Quizá no tenga tanta suerte en el próximo”.

Fuente: wired.com

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