Tras semanas de rumores, Biden se baja de la carrera presidencial en EE.UU.

Ahora el partido Demócrata deberá escoger una nueva carta de cara a los comicios de noviembre.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunció este domingo que renuncia a intentar la reelección en la disputa con Donald Trump, en un movimiento histórico que hunde la ya turbulenta carrera por las elecciones en la Casa Blanca de 2024 entra en territorio desconocido.

“Si bien era mi intención buscar la reelección, creo que lo mejor para mi partido y el país es que me haga a un lado y me concentre exclusivamente en cumplir mis deberes como presidente durante el resto de mi mandato”, dijo Biden en una carta publicada en la red.

Histórico

El demócrata de 81 años se suma así al restringido club de presidentes estadounidenses al final de su mandato que han tirado la toalla en su intento de ganar la reelección.

Pero es el primero en hacerlo a estas alturas de la campaña. Y el único que tuvo que desistir por dudas sobre su agudeza mental, tras una desastrosa actuación en el debate con Donald Trump. El anuncio era esperado por mucho que su equipo de campaña y él mismo estuvieran comprometidos en afirmar que llevaría la candidatura hasta el final.

Sin embargo, representa un cambio de rumbo en una campaña que ya ha experimentado muchos altibajos, especialmente con el intento de asesinato de Donald Trump el 13 de julio durante un mitin.

Ahora, el Partido Demócrata tendrá que encontrar un sustituto, cuando faltan pocos días para la convención nacional prevista para el 19 de agosto en Chicago (norte). Kamala Harris sería una elección natural, pero no automática, para convertirse en la candidata demócrata.
Desempeño desastroso
La desastrosa actuación de Joe Biden durante el debate del 27 de julio con Donald Trump precipitó los acontecimientos. Ese día, desde los primeros segundos de la batalla verbal que él mismo había convocado, decenas de millones de espectadores vieron a un Biden asombrado y confundido, una imagen que dejó a los demócratas consternados y desorientados.

Estaba resfriado y tosía con frecuencia. Tenía la voz apagada, dejaba de hablar y dejaba frases sin terminar. Fue un espectáculo doloroso que generó dudas sobre su edad, que su círculo más cercano se esforzó en disipar. Una vez finalizado el debate, la pregunta era inevitable: ¿quién sería el primero en pedirle que pasara el testigo? El nerviosismo se extendió y algunos demócratas incluso pidieron públicamente su salida. Con el paso de los días se fueron sumando pesos pesados ​​del partido. Uno tras otro, asustados por las encuestas que lo mostraban como un perdedor y temiendo una victoria abrumadora del republicano Donald Trump, le dieron la espalda. Al principio, en privado, sugiriéndole que reconsiderara su candidatura.

La prensa estadounidense, citando fuentes anónimas, informó que el ex presidente Barack Obama, la ex presidenta de la Cámara de Representantes Nancy Pelosi y los líderes demócratas en el Congreso Chuck Schumer y Hakeem Jeffries expresaron su preocupación. Y las imágenes de Joe Biden dando positivo por Covid-19, bajando las escaleras de su avión, no hicieron más que aumentar el nerviosismo de sus aliados. Mientras tanto, Donald Trump, que sobrevivió milagrosamente a un intento de asesinato, parece gozar de estado de gracia, con victorias legales y consagración en la convención del Partido Republicano.

Pero es el primero en hacerlo a estas alturas de la campaña. Y el único que tuvo que desistir por las dudas sobre su agudeza mental tras una desastrosa actuación en el debate con su oponente, el republicano Donald Trump.