Internacional
Trump se declara inocente de los 34 cargos por el ‘caso Stormy Daniels’

Tras su declaración regrese a Florida donde ha prometido hacer una declaración pública.
Donald Trump hablaba este martes de algo “surreal”, pero lo que ha sucedido en esta jornada histórica es, sin quitarle sus abundantes elementos surreales, muy real. El empresario inmobiliario neoyorquino de 76 años, expresidente y aspirante a lograr la nominación republicana para 2024, se ha convertido en el primer ocupante del Despacho Oval imputado penalmente en la historia del país.
En los anales de esa historia entrará el caso 71543-23. Allí están 34 cargos por otros tantos delitos de falsificación de documentos financieros en primer grado, cargos relacionados con los pagos que 130.000 dólares y 150.000 dólares realizó antes de las presidenciales de 2016 para silenciar a Stormy Daniels y Karen McDougal, dos mujeres dedicadas al entretenimiento adulto que aseguran que mantuvieron relaciones sexuales con él en 2006. Asimismo, se incluye un pago de 30.000 dólares para silenciar a un portero de la Torre Trump, quien sostenía que el magnate había tenido un hijo fuera del matrimonio.
Según ha explicado la fiscalía de Manhattan que dirige el demócrata Alvin Bragg, Trump falsificó los documentos “para ocultar antes y después de las elecciones de 2016 información dañina y actividad ilícita”. “Trump hizo grandes esfuerzos para ocultar su conducta, haciendo que se falsificaran docenas de entradas falsas en registros empresariales para ocultar actividad criminal, incluyendo intentos de violar leyes electorales estatales y federales”, reza el comunicado. Y Bragg ha hablado de “un rastro de dinero y mentiras que exponen un patrón”. Trump se ha declarado personalmente ante el juez “no culpable”, la versión en inglés de inocente. Y aunque se había especulado con la posibilidad de que lo hiciera alguno de sus abogados defensores, ha optado por hacerlo él mismo.
Su próxima comparecencia en persona en una vista del caso se ha fijado para el 4 de diciembre. Y eso asegura que los problemas legales de Trump van a marcar de forma quizá ineludible la próxima campaña electoral, tanto de las primarias republicanas como de las presidenciales.
Día sin precedentes
El momento, sin precedentes, da el impulso más fuerte a un cerco legal que se estrecha alrededor de Trump y que incluye investigaciones por injerencia electoral, manejo de documentos clasificados y obstrucción y por el papel que jugó en el asalto al Capitolio. Y desde un tribunal en el corazón de Manhattan, en un día de perfecta primavera neoyorquina, pone a navegar por aguas inexploradas pero con toda certeza políticamente turbulentas a un país ya profundamente dividido.
El día ha dejado momentos sin precedentes, retransmitidos en vivo a todo el país y el mundo, seguidos con expectación. Seis minutos antes de las 13.30 horas, la comitiva de 11 vehículos que transportaba a Trump desde su torre en la Quinta Avenida ha llegado hasta el 1 de Logan Place, sede de la oficina de la fiscalía del distrito de Manhattan que dirige Bragg, el demócrata que resucitando un caso “zombie” que se inició hace más de cinco años consiguió convencer a un gran jurado de que había pruebas suficientes para imputarle.

“¡Uau!. Me van a arrestar. No puedo creer que esto esté pasando a Estados Unidos”, escribía Trump desde su coche dos minutos antes de esa llegada. Después, y antes de entrar en la oficina de Bragg, Trump ha saludado desde la distancia a algunas de las personas que, en medio de un fuerte despliegue policial, se han congregado en las inmediaciones del tribunal.
En cuanto ha cruzado las puertas y se ha entregado, ha quedado bajo custodia de las autoridades. Ha sido fichado, pero no fotografiado. Eso no ha impedido que su campaña, inmediatamente, empezara a enviar correos para recaudar fondos con una imagen falsificada de esa foto policial y las palabras “no culpable”.
Una hora después, Trump entraba en la sala donde le esperaban su defensa, la fiscalía y el juez Juan Merchan. Su rostro, que retransmitían las cámaras al otro lado del pasillo, era serio, circunspecto, pero también podía verse algún destello desafiante. Ha ignorado la preguntas de los periodistas. Y ha entrado a conocer los cargos en su contra. También ahí brevemente se ha permitido la entrada de cinco fotógrafos. Y sus lentes han capturado una imagen para la historia.
El proceso legal se ha prolongado durante 57 minutos en el interior de la sala. La fiscalía ha solicitado al juez que imponga una orden que limite a Trump y sus abogados hablar en público sobre el caso, aunque esa petición ha sido rechazada por el magistrado.
Poco antes de las 3.30 de la tarde, la comitiva del expresidente salía de las instalaciones judiciales y se dirigía al aeropuerto de La Guardia, desde donde volaba de regreso a Mar-a-Lago, donde a las 20.15 de la tarde tenía anunciada una declaración ante los medios. Sí han hablado ante la prensa reunida frente a los tribunales los abogados de Trump. Y uno de ellos, Todd Blanche, ha asegurado que “no es un buen día para EEUU”. “Vamos a pelearlo”, ha dicho también el letrado. Otro de los abogados de Trump, Joe Tacopina, ha asegurado que “no hay hechos en la imputación”.
Fuente: www.levante-emv.com